Rescate de enfermo del
pueblo de “Colchane”
(Artículo escrito
por el Teniente (R) Sr. Daniel Contreras Ávalos, editado por Sergio
Molina Correa)
Ala N°4
Verano de 1977.
En verano del año 1977, estaba de piloto de
helicóptero de servicio en el Ala 4, Iquique, Chucumata, con un tiempo de
reacción al despegue de 30 minutos.
Era un día domingo en época de verano y me encontraba en la playa de Lígate
(en el interior de la Base Aérea) cuando me alertaron; me fui a la losa
mientras recibía las instrucciones. El caso es que un suboficial de
carabineros estaba de gravedad en el pueblo de Colchane, en la frontera con
Bolivia. Lugar que queda en la cordillera de los Andes a 12.000 pies y a
unos 200 km desde Iquique.
De inmediato estaba en vuelo en un Lama SA-315
con autonomía de aprox. 4,5 hrs., me acompañaba un enfermero en este
rescate. El vuelo de ida duró aprox. 01:40 y al llegar a Colchane, supimos
que la alerta había sido errónea, ya que este suboficial, que era chofer, lo
habían destinado a esa localidad hace poco tiempo por sus buenos servicios y
luego se pensionaria, pero la altura del lugar le jugó una mala pasada y
fallecido de un infarto mientras estaba sentado en el vehículo policial
previo a un patrullaje de frontera.
Ante esta situación, tenía como alternativa
volver solos a Iquique sin el difunto o trasladarlo. Converse con los
carabineros locales y vimos que, si se esperaba que llegara un vehículo a
buscarlo, iban a pasar un par de días por los malos caminos y accesos por la
época de lluvias altiplánicas.
Por lo tanto, decidí trasladar al finado en el
puesto de copiloto ya que presentaba mayor facilidad y seguridad con el
cinturón de cuatro puntas para evitar que se cayera. También, se le afirmó y
sujetó su cabeza con su capote. El enfermero viajó en el asiento de atrás.
Una decisión tomada en el momento sin
preocuparme de las implicancias legales de trasladar un cadáver. Tomé
contacto con la prefectura de Carabineros de Iquique e informe de la
situación y que me dirigía al ex aeródromo de Cavancha.
Al llegar al lugar de aterrizaje, estaba lleno
de radio patrullas y una ambulancia totalmente aislado el lugar, por lo que
Carabineros se hicieron cargo del rescatado difunto.
En realidad fue un vuelo de rescate muy
tranquilo, con un copiloto bastante discreto y que, creo jamás pensó en su
último vuelo.