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Volovelísmo – vuelo a vela, de una gran experiencia, a una gran Pasión

(Artículo escrito por el Coronel de Aviación (R) Sergio Molina Correa)

1970 - 2003

 

La Esc. De Aviación, en la carrera de Oficiales que duraba 5 años en aquella época, contemplaba que en el tercer año se efectuaba un curso de planeadores, con el propósito de evaluar y determinar aptitudes para el vuelo.
Este curso, ayudaba a incentivar a los cadetes en la rama del aire, como también disminuir costos en el curso de avión Mentor T-34 que se haría en el año siguiente.
Durante el año 1971, En la Escuadrilla Dragones cuando cursábamos 3er año de escuela, aún éramos muy joven con un promedio de edad entre 17 y 18 años, fuimos designados 20 cadetes (de los que me acuerdo, Baltra, Navarro, Klima, Provoste, Larrañaga, Trevigno, Molina, Bolton, Sotomayor, Hinojosa, Puebla, Herrera, Dieguez). Se iba a volar en los planeadores biplaza Blanik L-13 - (metálicos).

 


El planeador designado para tal efecto, fue el Blanic L-13 (metálico) y el curso se efectuó en el Aeródromo “Lo Castillo” que posteriormente se llamó aeródromo de Vitacura.
 

Foto del antiguo Aeródromo Lo Castillo con pista de tierra

Al inicio del curso práctico de vuelo, en alguno de nosotros causó mucha emoción debido a que nunca habíamos tenido la oportunidad de subirnos a un avión y menos a pilotear. Acontecimiento que quedó muy bien grabado en mi mente hasta hoy día (hace más de 50 años). Esta actividad se desarrollaba los días miércoles después de mediodía, debido a que en la mañana no se dan condiciones meteorológicas favorables.
Esta actividad fue la que prendió y motivó mi vocación por el vuelo a tal punto que fue la droga que permaneció toda mi carrera como piloto hasta el año 2003 cuando colgué los guantes (33 años como piloto activo en la FACH.) Curiosamente mi último vuelo fue en planeador y como oficial en retiro (desde el año 2.000).
No obstante, en mi carrera como piloto en la FACH, me especialicé en aviones de combate, sin embargo para mí, el vuelo en planeadores tiene un valor especial.

 

Preparando para el despegue en mi primer vuelo de instrucción

El vuelo en sí es impactante y alucinante debido a que el planeador es remolcado con un avión hasta cierta altura, posteriormente es soltado a una señal acordada para iniciar el vuelo a vela y de ahí, a disfrutar en las alturas, del silencio, de la magia de volar sin motor, de la naturaleza que ofrece desplazarnos, montar y descender de acuerdo a las diferentes condiciones meteorológicas. Es cuando uno se siente realmente “libre como un pájaro” que vuela donde lo lleve la imaginación. El mundo está a nuestros pies.
 

Zanahoria en el proceso de remolque a un planeador.


Gran parte de mi carrera profesional, la desarrolle en la zona Norte del país, específicamente en Iquique G-1 (A-37) y posterior en Antofagasta en el G-7 (F-5). Sin embargo, el cariño, afecto y atracción por este tipo de vuelo deportivo nunca quedo atrás, la distancia no fue obstáculo para mantenerme habilitado en este tipo de aeronaves ya que cada cierto tiempo viajaba a Santiago para desarrollar este deporte.
Junto con volar planeadores en el único “Club de Planeadores de la FACH”, me habilite como piloto remolcador en el avión L-19 (llamado Zanahoria por su color naranja, siendo los pilotos más frecuente en remolcar, eran Gral. D. Reveco, J. Szita, F. Bianchi, S. Molina), ambos tipos de vuelo hacían muy entretenido y alucinante este deporte.
 

Pilotos remolcadores José Szita y Sergio Molina


En 1986, con el transcurrir del tiempo y con mayor experiencia logré hacer la prueba “Cede de Plata” que consiste en desplazarse como 50 km y mantenerse mínimo 5 hrs. en vuelo desde que el remolcador lo ha soltado. Prueba que cumplí entre Santiago y Los Andes. Esta prueba es requisito para obtener la licencia deportiva y poder participar en campeonatos de distancia y vuelos en cordillera.


En verano del año 1987, nuestro Club estaba a cargo del Coronel Daniel Doren, yo me encontraba vacacionando en Viña del Mar, cuando recibí una llamada telefónica de mi Coronel donde me informaba que estaba inscrito en el “Campeonato Nacional de Planeadores” en categoría metálico L-13, junto a otros dos oficiales (Capitanes Bianchi y Ramos) y que el campeonato se iniciaba en una semana. Al instante, le dije que no me sentía capacitado por la poca experiencia que tenía en vuelos de cordillera, lo que estimaba que podría ser riesgoso. Al respecto me respondió que no me preocupara porque en esta semana previa me instruiría el mejor piloto de planeador “Alejo Williamson,” primer piloto en cruzar la cordillera de los andes el año 1964 en planeador metálico L-13.
Aprovecho la oportunidad de hacer un sentido homenaje en recuerdo de la hazaña efectuada por Alejo, mi instructor.
 

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Alejo Williamson

17 jun 1925 – 05jun 2014

Alejo Williamson 1964, foto posterior a su hazaña en el mismo planeador que cruzó la cordillera.
Hoy, el planeador se encuentra en el Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio.

Comandante de Escuadrilla de reserva de la institución, Williamson realizó la hazaña el 12 de diciembre de 1964 a bordo de un planeador modelo Blanik L13. Empleó un tiempo de cinco horas y 52 minutos en cruzar Los Andes por su parte más alta.

El planeador partió desde el aeródromo Lo Castillo, ubicado en la comuna de Vitacura, y aterrizó en el aeropuerto de Plumerillo, en la ciudad argentina de Mendoza.

A su regreso, Williamson fue vitoreado por una multitud en las calles de Santiago, camino al Palacio de La Moneda, donde fue recibido por el entonces Presidente Eduardo Frei Montalva.
En 1965 fue condecorado por la Federación Aérea de Chile con una medalla de oro y el Círculo de Periodistas Deportivos le confirió la distinción "Cóndor" a la figura más destacada del deporte nacional.
En 1968 fue galardonado por la Federación Aeronáutica Internacional con la medalla "Otto Lilienthal", que se entrega anualmente al piloto que haya hecho un aporte significativo a la aviación sin motor; la distinción le fue entregada el año siguiente en Helsinki, Finlandia.
 

Alejo Williamson y Sergio Molina


“Alejo Williamson”
- Una gran persona, Sencillo, humilde, Gran entusiasta y motivador por las actividades de Vuelo en planeador.
- Mi Instructor en vuelo de cordillera (en Blanik y Janus).
 

¡¡¡¡ Alejo, eternamente agradecido !!!!

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Volviendo al campeonato, me traslade a Santiago y solo pudimos volar en tres oportunidades previo al campeonato, ya que las condiciones meteorológicas no eran favorable para volar en cordillera. Una de esas tres veces, la tuvimos que hacer en avión con motor Dakota PA-28, para mostrarme algunas zonas importantes.
El campeonato consistía en desarrollar una prueba diaria por 5 días, con diferentes rutas, distancias y dificultades, siendo las más desafiantes y complejas las que incluían vuelos por la cordillera.
El primer y segundo día se tuvo que suspender por condiciones meteorológicas desfavorable.
El tercer, día se hizo una ruta corta de aproximadamente de 50 Km, del cual me permitió observar cómo se debería enfrentar la competencia en relación a marcar la salida, sacar las fotos en los puntos de chequeo y engancharme en las térmicas cuando están volando muchos planeadores en el mismo sector, misma ruta y a diferentes niveles. El resultado de esa prueba no fue malo para ser mi primera salida a competir.
El cuarto día, consistió en una ruta de 100 Km, parte de esa ruta era por cordillera y por el valle sin mayores dificultades. El resultado fue más favorable ya que estaba adquiriendo experiencia y más confianza en este tipo de competencia.
El quinto día y última prueba, consideraba 300 Km y gran parte de la ruta, era en cordillera, zona desconocida por mí, ya que nunca había estado por el sector del cual debíamos recorrer.
Al transcurrir aprox. 1,5 hra. De haber marcado la salida del primer punto de la navegación (Cerro Manquehue), y encontrándome a unos 50 km al NE de la ciudad de Los Andes en plena cordillera, marque el punto de chequeo más al Norte de la navegación. En ese momento encontré que estaba con mucha incertidumbre, en el interior de la cordillera con cerros muy altos sobre mi nivel de vuelo y no tenía clara las rutas de salida. Entonces empecé a llamar a Fernando Bianchi que tenía más experiencia en esa zona con el propósito de que me orientara con rutas favorables y no quedar encajonado entre cerros, lo que sería fatal. Lamentablemente Fernando estaba en condiciones similares buscando térmicas para tomar altura por lo que no me pudo ayudar.
 

Vuelo en cordillera bajo la cumbre de los cerros
 

En ese instante, solo buscaba laderas y térmicas para salir de la cordillera porque no tenía a la vista otros planeadores y me sentía poco seguro, por lo que estaba evaluando ir aterrizar. Después de unos 15 minutos aprox. Buscando rutas de salida y ascendentes, observé que me estaba acercando a una corrida de nubes del tipo cumuliforme que se encontraban a unos 1500 pies más alto y en una línea general Norte Sur sobre los cerros.
 

Vuelo en cordillera sobre la cumbre de los cerros


Estas nubes, en algunas oportunidades tienen vientos ascendentes que llegan hasta la misma nube.
A medida que me acercaba, noté que me encontraba con ascendentes muy potentes y en pocos minutos estaba a la altura de ellas y con mucha energía (alta velocidad). Esto me hizo cambiar mi planteamiento y decidí continuar compitiendo retomando la ruta hacia el Sur del Cajón del Maipo, mi próximo punto de chequeo. La velocidad era cercana a la máxima permitida del planeador, en ocasiones debía bajar el “freno de aerodinámico” para evitar entrar en la nube y no exceder la velocidad. A poco andar, me fui dando cuenta que empecé a pasar sobre otros planeadores que iban en la misma ruta pero a unos 1.000 pies bajo y más lentos.
Luego llegué al penúltimo punto de chequeo de la navegación, marque posición y tomé rumbo al punto final, lo marque y me dirigí a aterrizar.
La gran sorpresa, no vi planeadores aterrizados, lo que me llamó la atención porque en los días anteriores cuando aterrizaba gran parte de los planeadores estaban en tierra.
Cuando me estaba bajando del planeador, se acerca el juez de la prueba y me comunica que era el primero en aterrizar, que le pasara el rollo de fotos donde estaban marcado los puntos de chequeo para verificar si estaban correcto.
Después de una media hora aprox., me informan que estaban correcta las fotos de los puntos de chequeo por lo que había obtenido el primer lugar en esa prueba (la de mayor ponderación de toda la competencia por ser la más compleja). Ahora debía conjugarse con los resultados de los días anteriores para definir los tres primeros lugares de la competencia.
Al día siguiente me informan que debo asistir a la ceremonia de término de la competencia.
 


Obtuve el 3er lugar de la competencia en categoría “B”, “Planeadores metálicos”, lo que contribuyó una estrella para el “Club de Planeadores de La FACH”. Esto me hizo sentir muy contento y orgulloso por ser la primera y última competencia que tuve en Vuelo a Vela.
Posterior a esta experiencia y a medida que transcurrió el tiempo, tuve diferentes actividades de vuelo en el Club tanto en planeadores plástico como metálicos y zanahoria, siendo las más recordadas, “los vuelo en cordillera”, Este tipo de vuelo eran los más desafiantes, que siempre me llevaba al recuerdo y análisis de cómo mi Instructor pudo superar y lograr el “Cruce de la cordillera de los Andes” en una aeronave metálica de poca razón de planeo, cuando las condiciones siempre son muy adversas, con meteorología cambiantes de un momento a otro, vientos ascendentes y descendentes violentos al punto que pueden producir daños estructural al planeador, gran altura incluso superando los 15.000 pies, sin oxígeno, etc. Esto me lo comentó en muchas oportunidades, incluso que estuvo en varias oportunidades a punto de estrellarse.

¡¡¡¡Qué gran hazaña Alejo!!!

Hace algún tiempo, se han efectuado cruces de cordillera en Planeadores de fibra (denominados plástico) que son muy livianos, con gran razón de planeo (el doble que un metálico), con mucha tecnología estructural, sensores electrónicos, que desarrollan gran velocidad y pueden recorrer grandes distancias. Esto no desmerece la prueba de cruzar la cordillera, si no que las condiciones son diferentes.

 

(1977) Algunos integrantes del Club de planeadores de la FACH
(De izq a der.) Del Fierro - S. Molina - ¿? – A. Williamson – J. Juica –
Y. Calderón - ¿? – H. Concha- I. González – J. Szita

Vuelo en formación sobre Santiago
N°1 S. Molina N°2 M. Lambie

Operando de la Base Aérea de Colina
F. Atala – J. Szita – A. Williamson – S. Molina - ¿?

 

¡Un gran reconocimiento y agradecimiento a la FACH, en especial a los instructores que permitieron motivar y enseñar a volar planeadores y aviones con motor!

 

 

 

 

 

 

 

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La última actualización de este sitio fue el: 02.August.2020