“HUNDAN EL SUBMARINO”
Participación en una misión en avión Grumman HU-16B en septiembre 1976
(Artículo escrito
por el Teniente (R) Sr. Leonardo Troncoso Daza, editado por Sergio
Molina Correa)
Grupo de Aviación N°2
Septiembre de 1976.
Esa fue la orden dada durante la tarde del día
10 de Septiembre de 1976, por el Almirante José Toribio Merino al Jefe de la
Escuadra que hacía sus preparativos para dar inicio a una nueva versión de
Operación UNITAS.
Durante las maniobras dentro de la bahía de
Valparaíso, uno de los buques captó una señal a través de su sistema de
sonar de un objeto metálico en movimiento bajo el agua y, sospechosamente
parecido a un submarino. Inmediatamente se activó la señal de alerta a los
demás buques y se informó al Almirante Merino quien se encontraba en
Santiago en preparativos para un nuevo aniversario del 11 de Septiembre de
1973.
No había manera de identificar al supuesto submarino; incluso se consultó a
los buques de la Armada norteamericana quienes venían desde el sur hacia
Valparaíso en el desarrollo del ejercicio UNITA y ellos negaron que fuera
submarino de ellos.
Mientras tanto en Quintero, el Grupo de Aviación N°2 con los aviones Grumman
HU-16B, también se estaba preparando para participar en la Operación UNITAS.
Yo había participado en UNITAS el año 1975 como Oficial encargado de
Logística en La Serena y Antofagasta. Autorizado por el Comandante de la
Unidad, participé en los vuelos que realizaban los Grumman en las
operaciones de guerra antisubmarina y me entusiasmó de sobremanera el
trabajo coordinado de toda la tripulación; de tal manera que al regreso a
Quintero, solicité al Comandante de la Unidad que me autorizara a realizar
el curso de TACO (Operador Táctico), quien es el encargado de operar los
sistemas de radar, de sonar, estudiar las emisiones de la sonoboyas a través
del MAD (Magnetic Anomaly Detector), equipos de navegación. Toda esta
información se le transmite a los Pilotos para llevar de manera exitosa la
operación de ubicación, traqueo y destrucción de submarinos. Esta actividad
la realizaba en horarios después de mi trabajo regular en la Oficina de
Finanzas.
Al momento de ocurrir la alerta por el posible submarino, se despachó al día
siguiente un Grumman que realizó el primer vuelo de varios otros (creo que
fueron 12 en total) de día y de noche, sin obtener algún resultado positivo.
Al tercer día se realiza otro vuelo durante el día y yo soy nominado para el
vuelo nocturno de ése día.
A las 21:00 nos reunimos dos tripulaciones (dos pilotos, un TACO y dos
mecánicos por avión) en la Sala de Vuelo; ahí nos recibe el Jefe de Plana
Mayor CDG Sr. Cáceres para el breafing, donde imparte las instrucciones y
motivación pertinente para las tripulaciones de acuerdo a la delicada misión
a realizar.
Caminando a la losa en dirección al avión vimos que la noche estaba
totalmente despejada con casi cero viento. Me impresionó ver la silueta del
avión con dos bombas antisubmarinas una bajo cada ala, nunca había visto al
Grumman preparado para algo así.
Mi tripulación estaba formada por el piloto CDB Mario Fajardo, el copiloto
Tte. Patricio De Andraca; de Operador Táctico en esta ocasión iba el Tte.
Carlos Álvarez; dos mecánicos y yo tomo el puesto como observador
inmediatamente detrás del copiloto, en un asiento que es un poco más elevado
lo que me permitía tener una excelente visión hacia adelante y hacia los
costados.
Despegamos hacia el sur y mantenemos 1.000 pies SL; a la altura de Reñaca
vemos que han disparado una bengala de luz con paracaídas, la que ilumina
todo el sector de Salinas hasta el muelle Barón. La visión de ver toda esa
zona iluminada desde el aire es sobrecogedora.
Realizamos un par de virajes de 360° mientras
se ajustan los sistemas de búsqueda a través de algunas sonoboyas que se
lanzan al mar.
Mientras tanto yo miro hacia la bahía de Valparaíso y veo al menos tres
estelas de buques que realizan barrido en esa zona.
Después de algunas pasadas por la zona frente a Salinas, nos dirigimos hacia
la bahía, coordinado con la tripulación de uno de los buques. En ese momento
se sentía algo de viento lo que dificultaba un poco la estabilidad del
avión.
Al llegar a la zona entre el molo y la Universidad Santa María, el Capitán
Fajardo bajó a unos 600 pies y realizamos varios virajes de 360°.
Veo las siluetas de tres buques recortadas contra el agua, con todas sus
luces apagadas y las estelas de agua indican las maniobras en zigzag que
estaban realizando.
Cuando comenzamos los track de búsqueda en
dirección general norte sur frente a la Universidad Santa María, los buques
que estaban dentro de la bahía se dirigen hacia la zona donde estábamos.
El otro Grumman, al mando del CDB Patricio Ríos está al norweste del molo
realizando el mismo track de búsqueda.
En un momento el Capitán Fajardo le pide al mecánico que lance una bomba de
humo hacia el mar para poder determinar la dirección del viento. Estábamos a
unos 500 o 600 pies y apenas la bomba de humo llegó al agua, vimos como los
buques disparaban todo lo que tenían; pensando que estábamos marcando un
blanco; esto produjo unas tremendas ondas expansivas que nos alcanzó y nos
arrojó de tal manera que en un instante el avión quedó con mucho ángulo
nariz abajo y a baja altura. Hay que considerar que el Grumman era un avión
relativamente lento y en ése momento volábamos a unos 140 nudos.
Se produjo un breve caos y el Capitán Fajardo altamente enojado tuvo un
breve pero violento intercambio de palabras con la tripulación de uno de los
buques. Dentro del avión sentí la caída de los objetos sueltos, los
paracaídas y otros elementos que golpearon contra la puerta de acceso a la
cabina a raíz de la violenta sacudida que nos produjo la onda expansiva.
Pasado el episodio, cambiamos de posición con
el otro avión y yo me fui a la mesa del TACO ubicada inmediatamente atrás de
la puerta de acceso a la cabina, donde se encontraba el Tte. Álvarez, y
juntos estuvimos chequeando las lecturas que nos daban las sonoboyas, no
pudiendo identificar nada que pudiera ser un submarino.
Llegamos de regreso a Quintero alrededor de medianoche.
Durante esta operación de tres días que también fue llamada la “Batalla del
Marga-Marga”, no se obtuvo resultados positivos y hasta ahora no se ha
podido determinar si efectivamente hubo algún submarino ni su procedencia…
¿peruano? ¿ruso? Algún día es posible que se sepa lo que realmente era.
El avión Grumman HU-16B versión ASW entró en servicios en la Fuerza Aérea de
Chile el año 1958, llegando en principio seis aviones de este tipo,
posteriormente llegaron tres aviones más; siendo dos de ellos versión SAR,
sin sistemas de sonar antisubmarinos. Los HU-16B fueron dados de baja el año
1979 al detectarse importantes daños por fatiga en las vigas de ala y ser
demasiado alto el costo de recuperación, dejando luego de esto las
operaciones antisubmarinas en manos de la Armada con sus aviones Bandeirante
en los primeros años; luego con aviones P-3 Orión, helicópteros Puma, y
actualmente con aviones Persuader más otros P-3 Orión reacondicionados en
Canadá, todos con electrónica moderna, pantallas digitales; lejos de los
viejos componentes a tubo que usaban los Grumman quienes, a pesar de todo
tuvieron un excelente desempeño durante su vida útil, al punto que en una
operación UNITAS (ejercicio) detectaron, trakearon y destruyeron un
submarino nuclear tipo Gato norteamericano; quienes no podías creer lo que
les había ocurrido.
Esta experiencia personal como tripulante anexo a una verdadera operación de
“guerra” no simulada, fue grandemente enriquecedora y reafirmó mi intención
de seguir volando hasta obtener mi Licencia de Piloto Privado en primera
instancia; posteriormente obtuve mi Licencia de Piloto de Planeadores y
seguí juntando horas de vuelo hasta obtener mi Licencia de Piloto Comercial.